El Paro, ¿a quién sirve?

Las últimas semanas el Ecuador a vivido, nuevamente, un paro indígena que a tenido graves consecuencias en varias provincias del país, principalmente, Imbabura. Parece que esta costumbre de hacer paro cuando se defiende el beneficio económico del contrabando y la corrupción, nos hunde como comunidad en vez de apoyar cualquier tipo de superación y mejoría. Ya sabemos cómo funcionan las comunas: manipulando o amenazando a su gente para que participe. Vemos a los infiltrados enviados por la línea correista para hacer daño, claro, siempre pensando en su mojigatería en vez de pensar en el país y su gente. Eso ya es costumbre y, lastimosamente, la ceguera de tantos que siguen alineados con esa miseria humana, sólo pueden aplaudir y sumarse al desastre. Esperemos que este continuo efecto negativo para todos cada vez sea más visible para los comuneros sometidos y se den cuenta de que la mayor parte de líderes de estas comunidades se mueven por la ambición personal y que no tienen ninguna noción de “comunidad” sino que solo piensan en sacar lo que mas puedan con el menor esfuerzo posible.

La defensa en Cuenca por Quimsacocha, parándose firmes y pacíficamente para defender el páramo y el agua ha sido una gran lección que los líderes de la CONAIE no les interesa comprender porque su fin está basado en la ambición y la codicia, no en el bien del pueblo. Las protestas para defender el páramo permitieron que se revoque el permiso ambiental al proyecto minero en Loma Larga. Y sí, tenemos que pararnos fuerte cuando lo que se defiende tiene sentido.

En el caso de esta protesta sobre el diesel, muchísimos estamos afectados porque ha subido, pero quitar el subsidio no significa alzar el precio. Sí, sí, se entiende que sube el diesel, pero el origen no es un deseo voluntario de subir el precio sino una necesidad, como país, de quitar el subsidio para poder salir de la tremenda deuda que arrastra el país de tantos malos gobiernos y, sobre todo, del saqueo total que se realizó durante el gobierno de Ratael Correa.

Ya son dos semanas sin poder trabajar, con las cosechas, las flores y la leche desperdiciada, con pérdidas enormes para personas que se sacan el aire trabajando en sus chacras para tener su pan de cada día. Si hemos perdido ha sido por la ignorancia de la gente que no desea despertar y darse cuenta de que no tienen por qué someterse a la voluntad sucia de líderes dañados y corruptos. ¿Cuándo despertarán? Seguramente cuando se den cuenta de esta manipulación y dejen de tener miedo de las amenazas. Así como les obligan a salir con violencia, si despertaran, podrían tener ese mismo coraje para exigir la justicia a estos líderes torcidos y empezar a darse cuenta de que el verdadero poder está en manos de quien deje de ser un borrego y vea las cosas como son.

Además, protestan por protestar porque no tienen ninguna contra propuesta inteligente que pueda sacar del gobierno una mano favorable para las comunidades que se ven afectadas por la quitada del subsidio. Y eso es porque realmente no tienen líderes que valgan la pena. ¡Es hora de despertar!